El Gobierno trabaja en la extensión del congelamiento de precios de los alquileres y también mantendrá suspendidos los desalojos por falta de pago.

La medida vencía el 31 de enero y será prorrogada, aunque todavía no está confirmado hasta qué plazo. Se trata de un pedido de las agrupaciones de inquilinos, ante la emergencia económica y sanitaria.

En tanto, lo que podría llegar a su fin es el congelamiento para los hipotecados con crédito UVA, que a partir de febrero deberán adherirse a un plan de convergencia para retomar el pago de las cuotas.

El diario Página 12 afirma que la medida está siendo analizada por el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, que encabeza Jorge Ferraresi, y la Jefatura de Gabinete, con Santiago Cafiero y Cecilia Todesca Bocco. En la última prorroga, en los considerandos del decreto se explicaba que la medida había sido tomada para evitar el “agravamiento de la problemática respecto de la vivienda”, ante la caída de los ingresos por la merma de la actividad.

Según datos de la Federación de Inquilinos, las familias destinan más del 50 por ciento de los ingresos para el pago de la renta. En la última encuesta realizada en diciembre, un 40 por ciento declaró que no pudo pagar o lo hizo parcialmente.

Además, hay un 40,8 por ciento que tiene al menos un mes atrasado. Mientras tanto, en uno de los años con mayor recesión económica, los alquileres subieron 62 por ciento, casi el doble que la inflación, lo que significó el mayor incremento en nueve años.

En caso de que se extienda el decreto tal cual está, los inquilinos que no hayan pagado el alquiler no podrán ser desalojados. En los casos que hubiera caído una actualización semestral (como era con la anterior ley de alquileres), los inquilinos podrán decidir pagarla o mantener congelado el valor, y cuando finalice el decreto, pagar lo adeudado en hasta seis cuotas sin intereses.

En los casos donde hubiera deudas por falta de pago, será la misma cantidad de cuotas, pero con intereses. El decreto no se aplica sobre los contratos firmados con la nueva ley de alquileres, dado que fue implementada en julio y recién el primer aumento será anual, en julio de este año.

A quienes se les hubiera terminado el contrato en estos meses, se les prorroga automáticamente, con el mismo valor. Los contratos alcanzados por los últimos dos decretos fueron para inmuebles, pero también para habitaciones destinadas a viviendas en pensiones u hoteles. Además, aplicaba para alquileres de inmuebles utilizados por monotributistas, autónomos, pymes, cooperativas y para actividades culturales/comunitarias.

Además, la medida estableció la obligatoriedad de la bancarización para realizar pagos por transferencia, y de ese modo evitar la movilidad y el contacto. De todos modos, también amparaba a los propietarios que dependieran del cobro de ese alquiler para “cubrir sus necesidades básicas”, como es el caso de miles de jubilados. En esos casos se debía acreditar debidamente esa situación.