El expresidente Mauricio Macri se refirió finalmente a la denuncia del gobierno boliviano que señala que su administración envió material represivo a Bolivia en noviembre de 2019, mientras se consumaba el golpe de Estado contra Evo Morales.

En su respuesta, el exmandatario cuestionó una supuesta “denuncia intempestiva” de funcionarios bolivianos y repudió la carta que el presidente Alberto Fernández envió a las autoridades bolivianas expresando “dolor y vergüenza”.

Macri escribió en su Facebook: “quiero desmentir de manera rotunda la veracidad de esas acusaciones”.

El exmandatario se limitó a decir que en ese momento su gobierno “prestó ayuda humanitaria” y “asilo en la embajada argentina a funcionarios de Evo Morales e incluso sus familias, junto a periodistas argentinos asignados en ese país”.

En otra parte de su respuesta, desconoce lo establecido por el país vecino y niega los indicios que lo comprometen, cuando asegura que “tanto el ex embajador argentino Normando Álvarez García como el ex comandante general de la Fuerza Aérea boliviana, desmintieron la denuncia de conspiración y la autenticidad de la prueba que se presenta con apariencia documental”. “Todo lo dicho es falso. Todo es mentira”, enfatizó.

Sin embargo, la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) certificó la autenticidad de la nota que su excomandante Gonzalo Terceros le envió al exembajador argentino Normando Álvarez.

Según el diario boliviano La Razón, la FAB ratificó este viernes por la noche que la nota efectivamente está en sus archivos y tiene, además, el sello de la Misión Naval Argentina Bolivia y la firma de Roberto Ariel Gestos, capitán de fragata de la Misión Naval Argentina en Bolivia.

A su turno, el ministro de Defensa boliviano, Edmundo Novillo, aseguró que la revisión de archivos de la Cancillería confirmó el arribo del avión militar argentino el 13 de noviembre de 2019, con gendarmes y con un cargamento del cual “en los próximos días se conocerá su contenido”, al tiempo que subrayó que el documento “es auténtico y lleva sellos no solo de la FAB sino también de instituciones argentinas”

En otra parte de la carta, Macri defendió al entonces embajador argentino en Bolivia, Normando Álvarez García, funcionario a la que está dirigida la carta del militar boliviano que agradecía el cargamento enviado por Argentina.

Sobre el final, nuevamente habló de “persecución” y aprovechó la oportunidad además para apuntar nuevamente contra la política sanitaria del Gobierno durante la pandemia.

“Esta persecución de la que soy objeto es justamente un nuevo intento de desviar la atención del fracaso en el manejo de la pandemia, del fracaso económico y del fracaso de la gestión de las vacunas.”, amplió.

El mensaje completo

A partir de la denuncia intempestiva que funcionarios bolivianos dieron a conocer el jueves pasado, quiero desmentir de manera rotunda la veracidad de esas acusaciones y, al mismo tiempo, repudiar la carta que el presidente Alberto Fernández envió a las autoridades bolivianas expresando “dolor y vergüenza” sobre esos hechos falsos en los que quieren involucrarme. En un solo acto Alberto Fernández logró devaluar su palabra y su firma.

Para conocimiento de la opinión pública, aclaro que en noviembre de 2019, tras las denuncias de fraude y la posterior renuncia de Evo Morales y en línea con la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea, la Argentina prestó ayuda humanitaria. Dimos asilo en la embajada argentina a funcionarios de Evo Morales e incluso sus familias, junto a periodistas argentinos asignados en ese país.

Los propios protagonistas locales, tanto el ex embajador argentino Normando Álvarez García como el ex comandante general de la Fuerza Aérea boliviana, desmintieron la denuncia de conspiración y la autenticidad de la prueba que se presenta con apariencia documental. Todo lo dicho es falso. Todo es mentira.

Sin embargo, estas acusaciones sin sustento nos sumergen otra vez en la dinámica alienante y paranoica de un gobierno débil que busca ocultar la realidad que lo acecha. El caso sirve otra vez para agredir la integridad de las fuerzas de seguridad al crear sospechas sobre ellas.

Es una desgracia para todos los argentinos tener un presidente que carece de credibilidad; que dice algo y que al poco tiempo se conoce que es mentira, que en todas sus declaraciones trata de falsear, engañar, esconder, que nunca cumple y siempre tiene excusas para echarle la culpa a otros. Uso la palabra desgracia con un sentido muy concreto, y específicamente para recordar la desgracia que produjo la suma de mentiras pronunciadas por Alberto Fernández y su gobierno durante la pandemia. Esta persecución de la que soy objeto es justamente un nuevo intento de desviar la atención del fracaso en el manejo de la pandemia, del fracaso económico y del fracaso de la gestión de las vacunas. Al respecto, el gobierno puede dar muchas explicaciones sobre por qué no tuvimos a tiempo las vacunas que teníamos que tener, pero sin importar lo que diga, todos sabemos que miente. Sabemos que no quiso traer vacunas norteamericanas y postergó la salud pública por razones ideológicas. Esa decisión militante costó el trabajo y la vida de miles de argentinos.

Este gobierno ha defraudado la confianza de los argentinos. Espero que en las elecciones de octubre sea derrotado ampliamente para acotar el daño incalculable que está cometiendo. Dejen de mentir.