Susana es vecina de Ushuaia y chofer de UBER. Tiene cerca de 20 viajes por día, desde y hacia cualquier parte de la ciudad. Trabaja 9 horas por día y dice tener todo en orden para circular, pero según el artículo 37, inciso 24 de la Carta Orgánica de la ciudad, y las ordenanzas 5283/2017 y 5745/2020, la plataforma está prohibida para el transporte de pasajeros.

“Debería cambiar eso porque es una fuente de trabajo grande”, dijo Susana por radio Provincia.

“Uber pide certificado de antecedentes, si alguno tiene una causa, no entra a trabajar en Uber. Además, hay muchas madres solas, con hijos, que salen a trabajar en Uber, tienen la posibilidad de dejarlos dos horas con un pariente o un amigo, porque los horarios los maneja uno”, explicó.

Pero Susana, igual que algunos choferes de Uber, también fue agredida. En el Aeropuerto sufrió un episodio violento, cuando un taxista la atacó mientras dejaba a un pasajero.

“En el Cerro Castor te tiran el auto encima si saben que sos UBER”, denunció la mujer.

Para Susana, la aparición de Uber en la ciudad no hubiera sucedido “si ellos hubieran hecho su trabajo como correspondía, yendo a los barrios altos los días de nieve, por ejemplo. Esto pasa por negligencia de los mismos taxistas o remiseros. No quieren llevar a la gente que sale de los supermercados, a esos pasajeros les dicen “bolsita”. La culpa no es de Uber”.

“Si quiero cuidar mi trabajo voy a hacer las cosas lo mejor posible, ellos no hicieron eso. Mi seguro es contra todo riego y paga muchos más que el seguro de un taxista”, aseguró.

Y se preguntó “quien me va a dar trabajo a mí con 60 años?. Quieren mantener a las madres que trabajan en Uber con un plan? Queremos trabajar tranquilos, no les robamos viajes a nadie, al contrario, hay trabajo para todos”.