Ayer, en Laguna Turquesa, dos personas quedaron enterradas por un alud. Otro grupo de escaladores logró rescatarlas. El detector de aludes, un elemento clave.
“Había varias placas que se habían cortado indicando peligro de avalancha. Miramos y vimos que había habido una avalancha nueva, con un pequeño movimiento de algo y después pudimos identificar qué era una mano”, dijo Alfonso Lavado, rescatista, por FM Del Pueblo.
Según los protocolos para estas situaciones, las posibilidades de sacar a una persona viva de debajo de un alud, se reducen a un 50% después de los 10 minutos.
Alfonso y los demás rescatistas que participaron en el procedimiento siempre llevan una pala desmontable, una sonda y un aparto que se lleva en el cuello que se llama RVA.
El dispositivo denominado ARVA, acrónimo francés de Appareil du Recherche de Victime de Avalanche (Aparato de Búsqueda de Víctimas de Avalancha) es un nombre registrado por una marca. En castellano el nombre correcto es DVA, Detector de Víctimas de Avalanchas.
Los ARVAS o DVAs son unos dispositivos que pueden hacer fundamentalmente dos cosas: Emitir una señal de radio pulsada y recibirla.
Si alguien queda enterrado bajo la nieve por una avalancha y lleva un ARVA conectado, puede ser localizado con un ARVA en modo receptor al seguir una de las líneas de flujo de la onda de radio que emite. Por esto es fundamental que todos los miembros del grupo porten el aparato.