“Hoy quiero presentar mi renuncia como embajadora, porque no estoy de acuerdo con la actual política de Relaciones Exteriores”, le dijo Castro al sitio LaGarcía.

Su dimisión llega horas después de haber manifestado su rechazo a decisión del gobierno nacional de condenar la violación de los derechos humanos en Venezuela.

Castro tuvo una activa participación en la defensa de la soberanía en Malvinas. También se metió de lleno en la campaña electoral del año pasado, apoyando públicamente la candidatura de Gustavo Melella a la gobernación.

Días después de haber ganado las elecciones, el mismo Melella anunciaba que Alicia Castro iba a tener un cargo en el gobierno, pero sin especificar su función.

Durante una disertación llamada “Sueños y desafíos para un nuevo tiempo en Tierra del Fuego”, en la que la ex diputada participó como oradora, Melella anunciaba que “Alicia forma parte de un equipo de trabajo que se está armando, pensando en esta gran provincia amplia con todos sus límites, incluyendo la Antártida e Islas del Atlántico Sur”.

Más tarde, el mismo Melella le decía a la prensa local: “Vamos a tener una política fuerte en materia de soberanía sobre las Islas Malvinas y la Antártida. Es la mirada que siempre hemos tenido y que vamos a seguir manteniendo en nuestro gobierno. No es solo una posición ideológica, sino parte de la defensa de nuestros límites territoriales”.

Y definía como “un orgullo” que Castro sea parte del gabinete, calificándola como “una de las grandes dirigentes y referentes del gobierno nacional y popular de Néstor y Cristina (Kirchner)”.

Nunca se supo qué cargo iba a ocupar en el Gobierno de Tierra del Fuego quien fuera diputada, embajadora en Londres y en Venezuela, y que tuvo sus orígenes en el sindicalismo, representando a los trabajadores aeronáuticos.

Con su renuncia a la embajada de Rusia, Castro expuso la interna en el Gobierno. El análisis de sus pliegos en el Senado para ocupar la embajada fue sistemáticamente suspendido.

Castro es activa militante kirchnerista, integrando el ala “cristinista” del Gobierno. Hasta llegó a hacer pública su posición contra Felipe Solá, advirtiendo que el actual canciller “votó la resolución del Grupo de Lima condenando a Venezuela con (Jair) Bolsonaro, (Iván) Duque, (Sebastián) Piñera y (Martín Viscarra), en cuyos países se violan flagrantemente los Derechos Humanos”. “México votó con Venezuela”.

Castro consideró también que la última decisión del Gobierno representa “un lamentable giro en nuestra política exterior”.