Así lo afirmó Adrian Schiavini, biólogo del CADIC, quien analizó la problemática del crecimiento exponencial de guanacos en la provincia.
El guanaco está protegido por ley desde los 90, luego tuvo un importante crecimiento de su población, pero sin recuperar los niveles que tenía la especie antes de la llegada del europeo. Presenta movimientos estacionales: en verano, los guanacos se van a la cordillera.
El cambio climático con sus inviernos más cálidos, terminó generando mejores condiciones de alimentación. Parte de los guanacos se desplazan desde la cordillera hacia las zonas más cercanas a la costa, donde hay más comida durante el invierno, ya que el suelo se congela menos, lo que hace que la Ruta 3 tenga mayor cantidad de animales de los que hay durante la primavera o durante el verano. Algunos han llegado a metros del Río Grande
El guanaco carece de predadores, salvo el perro asilvestrado, que ocupa los nichos que ocupaba antes el zorro colorado, y ataca a los guanacos, sin bajar sus niveles de población.
“El guanaco no es un problema para el productor de ganado, lo que no quiere decir que no afecte la producción por el consumo de forraje”, dijo Schiavini por FM Del Pueblo.
“No es el guanaco, el principal enemigo de la producción ganadera de Tierra del Fuego es el perro asilvestrado”, subrayó.
“Se han cazado muchos perros y cachorros, lo que quiere decir que se reproducen en estancias lejanas de los centros urbanos, esos cachorros no conocen al ser humano. Esa relación es fundamental para que el perro entienda que el humano no es una amenaza”, explicó Schiavini.
En cuanto a las políticas públicas para el control de las poblaciones de guanacos, Schiavini advirtió que “en estos últimos tiempos, el Estado no consulta mucho al sector científico, no sabemos cuál es la política que se quiere llevar adelante al respecto”.