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Unión por la Patria presentó su plataforma electoral

A lo largo de 10 páginas y con la firma a pie manuscrita al final del presidente del Congreso del Partido Justicialista y gobernador formoseño, Gildo Insfrán, seguida de la de los apoderados o presidentes de los 17 partidos que conforman Unión por la Patria, la plataforma rescata los lineamientos de la plataforma del Frente de Todos del 2019, en una tácita admisión de que, en gran parte, aún están pendientes. Con el nuevo logo de la alianza oficialista, el documento plantea objetivos y aspiraciones muy generales y reafirma “la urgente necesidad de emprender un camino de crecimiento con fuerte inclusión social”, sin dar mayores precisiones. Menciona “una anhelada justicia social” como una deuda que – si bien no lo explicita- el gobierno del Frente de Todos no pudo alcanzar.

Si bien la plataforma electoral comienza por expresar la“voluntad de diálogo y concertación para superar una recurrente antinomia que impide el desarrollo” del país, y plantea la necesidad de “un amplio acuerdo” que incluya a los diversos actores de la sociedad para “transitar un camino sostenido hacia un desarrollo con equidad”, en el segundo párrafo vira su eje hacia el atentado a la vicepresidenta, y lo explica por los “discursos del odio” y la “persecución judicial y mediática” contra los dirigentes que “defienden los intereses del pueblo”.

“No podemos pensar en eje de gobierno alguno, ni en políticas de concertación, ni en diálogos sinceros y plenos sin hablar de aquello que sucedió el 1° de septiembre de 2022: el intento de asesinato de las dos veces Presidenta de la Nación y actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Esto significó la ruptura del pacto democrático reconstituido en 1983 que implicaba que no se podía ya pensar en la supresión física del adversario”, sostiene la plataforma. Y considera que “fue resultado de una secuencia lógica signada por los discursos de odio, una secuencia deshumanizadora y violenta que empieza en 2015 y se estructura a partir de una matriz de persecución judicial y mediática con la complicidad de poderes fácticos y hegemónicos en la Argentina con un único objetivo: exterminar a quienes defienden los intereses del pueblo”.

En el plano económico, sitúa la raíz de la crítica situación económica actual en la anterior gestión, al mencionar “un endeudamiento externo compulsivo y vertiginoso que culminó con el retorno del Fondo Monetario Internacional, como prestamista de última instancia, para permitir la colosal fuga de dólares que se produjo a partir del 2018″. En ese sentido, agrega: “Mauricio Macri recibió en 2015 una Argentina donde seguramente había problemas, claro que sí, pero los problemas que teníamos se multiplicaron y se agravaron en los 4 años posteriores”.

En ese punto, señala, sin nombrarlo, al Presidente como responsable de no haber cumplido con aquello que proponía la coalición oficialista en 2019: “La Argentina necesita ciudadanas y ciudadanos que cumplan con la plataforma del Frente de Todos, que amplíen derechos y restituyan aquellos que fueron arrebatados por el macrismo. Bien sabemos todos y todas que gobernar en este contexto fue un gran desafío. Endeudamiento, Pandemia, Guerra, Sequía. Todo eso es cierto. No menos cierto es que gobernar requiere responsabilidad y coraje a la hora de tomar decisiones para reconstruir un Estado fuerte, independiente de los poderes fácticos, promotor del desarrollo y decidido a garantizar derechos y satisfacer las demandas ciudadanas del siglo XXI”.

El texto sostiene que “no se trata de señalar con el dedo y acusar, se trata de ser capaces de establecer cuáles son las prioridades y los intereses a representar a la hora de gestionar el Estado”. En ese sentido, la plataforma plantea “la importancia de hacer foco en el crecimiento económico, la recuperación del mercado interno, el cuidado de los sectores en condiciones de mayor vulnerabilidad” y la generación de un excedente genuino de divisas a partir del fortalecimiento de nuestras capacidades productivas, innovadoras y exportadoras”. Y agrega: “Resulta imperioso recuperar una voz propia y soberana en nuestras decisiones internacionales para construir una política exterior al servicio de un modelo de desarrollo que contemple el bienestar de las mayorías”.

El texto enfatiza el concepto de lo que denomina la “soberanía política”, que deriva en la “pérdida de la capacidad de decisión sobre nuestro propio destino”, en alusión a las exigencias del FMI como principal acreedor y a la vez, proveedor de los dólares que necesita la Argentina. En ese sentido, plantea dos interrogantes a los que no da respuesta, ni propone medidas concretas. “¿Qué vamos a hacer con el Fondo Monetario Internacional? ¿Cómo vamos a compatibilizar la necesidad de dólares para pagar la deuda externa privada y con el FMI, con los dólares que también necesitamos para sostener el desarrollo argentino y la inversión para diferentes sectores de nuestra industria? Estas son algunas de las cosas que tenemos que discutir: cómo hacemos una Argentina sostenible. Debatir esto exige de parte de la dirigencia política elevar el nivel de la discusión y ser capaces de hacernos cargo, en este presente, de discutir cómo garantizamos el futuro de nuestros pibes y pibas”.

Y concluye: “Aún ante el acierto o el error de un dirigente, siempre es mejor que las cosas se decidan en función de los intereses de las argentinas y los argentinos”.