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Abrieron las recámaras del buque Tai An en Ushuaia y encontraron un desastre ecológico

Los enviados de la subsecretaria de pesca, del SENASA y de la Prefectura que este miércoles acudieron al puerto de Ushuaia para examinar la carga paralizada de merluza negra que venía en el busque denunciaron un desastre ecológico.

En las recámaras frigoríficas del TAI AN, buque de bandera argentina pero cuyo dueño es un ciudadano chino, la abundancia de juveniles de merluza era tan notoria como alarmante. Juveniles de 22 centímetros promedio, según las mediciones que quedaron en registro.

La merluza negra es una especie frágil. Prácticamente no se puede pescar. Su sabor y la escasez la vuelven muy codiciada como producto de consumo suntuario global. Lo que se permite pescar es mínimo y debe reunir características muy específicas. “Tronco de menos de 32 cm es juvenil, la mayoría son de entre 20 y 22 centímetros. Es un drama ecológico. Ellos sabían lo que estaban pescando”, explicaron los funcionarios. “Lo tenían tan claro, que lo estaba ofreciendo para venta en el mismo momento en que lo sacaban”, agregaron.

“El caso del buque Tai An, que pescó toneladas de merluza negra juvenil de forma ilegal, sin tener permiso para hacerlo, refleja no solo la impunidad de algunos actores de la pesca en nuestro país sino también la falta de conciencia ambiental y por ende del impacto negativo que tiene sobre nuestro ecosistema marino un hecho como este”, explica desde la organización ambiental Sin Azul no Hay Verde, la activista Lucía Castro.

La merluza negra está protegida por un sistema de cuotas que fija el Consejo Federal Pesquero.

Además, es una de las cuatro especies que se preserva a nivel global. Los barcos, además de los permisos de pesca nacional correspondientes, tienen que tener una cuota asignada para poder hacer las capturas. El Tai An no tenía cuota autorizada. (Clarin)