La víctima recurrió el año pasado a lo que se conoce como “cueva” de prestamistas en Río Grande por un préstamo de $150.000, en 4 cuotas de $80.000. pero le dibujaron otro número por más de $4 millones.
“Era un interés usurero”, dijo el abogado defensor de la víctima, Francisco Gimenez.
Ante la deuda impaga, la justicia le remató el único bien que tenía, un auto. Así empieza la historia de terror, cuando la víctima se percató que la deuda original, de $150.000, ahora era de más de $4 millones. El pagaré había sido llenado con otro número. Pero la justicia ordenó que le remataran el auto.
Ante una estafa a todas luces, la Justicia ordenó continuar con la investigación y ordenó un allanamiento en la financiera.
“El pagaré en blanco en principio es lícito, pero debe ser firmado por el monto original y la conducta delictiva fue abusar de la confianza de la persona que entrega un pagaré en blanco y luego poner cualquier otro monto superior al pactado”, explicó Gimenez por FM Del Pueblo.
La víctima logró presentar una prueba: un comprobante de transferencia bancaria. Y también recuperó el recibo por $150.000, por lo que no hubo manera de comprobar cómo se llegó a una deuda de más de $4 millones.
Se trata de una situación lamentablemente usual en tiempos de crisis. “Este tipo de personas inescrupulosas, que no son financieras en blanco, donde recurren personas en alto grado de desesperación, vulnerables psicológicamente, se abusan de estas personas en crisis, la víctima ya había pagado la mitad de esos $150.000 y cómo es que llegamos a 4 millones, son 400 veces más de lo que pidió”, afirmó el abogado.
A menudo, las víctimas “terminan perdiendo todo, no conozco uno que haya ido a una cueva de prestamistas que haya terminado bien. Son cientos las ejecuciones y damnificados en la ciudad. Estamos frente a una organización a la que hay que ponerle el ojo”, entendió Gimenez.
Después de un año se allanó la “cueva” y ahora la defensa está a la espera de la confirmación del banco central, para ver si la financiera estaba habilitada.
Mientras tanto, la clienta no recuperó el vehículo rematado.