La vida nocturna de Río Grande dejó de ser una fiesta. La crisis económica hace que las personas, que antes solían salir “a tomar algo”, ahora lo evalúen, debido a los costos que conlleva.
Además de los comerciantes, que ven una disminución en los ingresos semana a semana, la merma de asistentes a locales nocturnos también fue percibida por los trabajadores de seguridad.
“Hoy vemos que el personal de control, admisión y permanencia viene trabajando en algunos lugares formalmente, en algunos se sostiene la informalidad, como venimos denunciando en el Ministerio de Trabajo, en los medios y en todos los lugares donde corresponde en la AFIP incluso. Nosotros seguimos trabajando en la cuestión que tiene que ver con la formalidad de nuestros compañeros. Hemos notado también que se redujo la capacidad en todos los lugares en un 50%. O sea, tenemos un ingreso de un 50% menos de espectadores en todos los boliches”, dijo Raúl Bombares, secretario general de los trabajadores de Control de Admisión y Permanencia de la República Argentina, SUTCAPRA.
“Entendemos que es la crisis. El vecino de Río Grande no está saliendo y sí lo está haciendo en casas particulares. Por eso se redujo la capacidad en donde nuestros compañeros prestan el servicio”, afirmó Bombares por FM Aire Libre.
El secretario aseguró que “teníamos un ingreso, por ejemplo, en algunos lugares superiores a la habilitación comercial. Estamos hablando de Maldito Ibiza que tenía un ingreso de 1.500 y hoy tienen un ingreso aproximadamente entre 100 y 150 personas los viernes y 150 personas los sábados. Obviamente que eso preocupa a nuestra organización sindical porque se redujo muchísimo la cantidad de controladores que tiene el sector ese”.
“El único lugar que tiene dentro de todo, sostiene la cantidad de personas que ingresan es el boliche que está ubicado en Rivadavia y Perito. El único lugar que más o menos se sostiene con un grupo importante de personas. El resto se redujo en todos lados el 50%”, concluyó.